Angelo ha vivido y trabajado en África Central durante los últimos 15 años, cuando hizo un cambio radical de vida. Después de los primeros 5 años en África Central como laico, decidió convertirse en fraile betharramita y durante 10 años ha dirigido un centro de asistencia a personas con sida en la diócesis de Bouar, en el oeste del país, en la frontera con Camerún. abrió sus puertas en mayo de 2010 y hoy en día atiende a más de 1000 pacientes, entre ellos un centenar de huérfanos VIH-positivos.

En la República Centroafricana, el primer caso de Covid19 se informó a mediados de marzo. Hasta la fecha, los casos declarados por el Ministerio de Salud son 22 entre los cuales la mayoría son casos importados llegados a Bangui por vía terrestre.

Teniendo en cuenta cómo vive la población y la situación de los estados vecinos, la situación solo puede empeorar. De hecho, las decisiones de restricción no se cumplen, el transporte público y los mercados siguen abiertos. Por ahora, las escuelas, universidades e iglesias están cerradas. En las fronteras, especialmente la de Camerún, aunque hay una orden de no dejar pasar a nadie, la gente sigue llegando a Centroáfrica.

Toda esta situación, en los próximos meses, solo puede hacernos pensar en un aumento de casos y, no solo en Bangui.

Desafortunadamente, el sistema de salud de la República Centroafricana está en ruinas, los hisopados solo se pueden realizar en Bangui, a 450 km de Bouar. El trabajo que se está realizando es sensibilizar a la población en la mayor medida posible sobre las normas mínimas de higiene. Todas las compañías telefónicas continúan enviando mensajes de texto, y la radio y televisión transmiten comerciales de prevención.

Angelo se está moviendo para comprar material de primeros auxilios (mascarillas, guantes, soluciones alcohólicas para desinfección de manos, etc.) gracias a la financiación, y trata de prepararse con su comunidad en caso de que la epidemia se profundice.