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INFO
- FECHA: 09-10-2020
- LUGAR: Transilvania
PAÍS DE ORIGEN
Rumanía
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Amor por Transilvania – Iulia de Bucarest, Rumanía
Soy Iulia, vivo en Bucarest pero me encantan los pueblos sajones de Transilvania, donde el tiempo parece haberse detenido.
El pueblo de Richis
Iulia alrededor de Transilvania, Rumania
Mi primera publicación es sobre el pueblo de Richis, el primer pueblo sajón que he visitado, gracias a un recorrido organizado por la iniciativa de Transylvanian brunch.
El pueblo de Richis, Rechesdref en dialecto sajón, Reichesdorf en alemán y Riomfalva en húngaro, se encuentra en el corazón de Transilvania, cerca de las ciudades medievales de Sighișoara y Mediaș. Hay que tener en cuenta que al viajar a estos pueblos se garantiza la interacción con personas que hablen al menos uno de los 3 idiomas, el lugar estuvo y sigue habitado por uno de estos grupos.
La Iglesia
La iglesia fortificada de Richis tiene 500 años, inicialmente fue una abadía cisterciense. Entre 1540 y 1550, se impuso la religión evangélica y la iglesia fue expuesta a transformaciones arquitectónicas obligatorias. Dado que la religión evangélica implicaba rigor y sencillez en su arquitectura, los sajones locales querían que la iglesia tuviera las paredes más limpias y blancas posibles.
Todos los años se lavaba el interior con cal y, después de un tiempo, la capa de las paredes se volvía tan gruesa como un dedo. En 1957, el sacerdote recién llegado movilizó a todos los lugareños para limpiar la vieja cal de las paredes, que reveló los hermosos motivos góticos tempranos.
Esculturas y el hombre verde
Una cosa que noté cuando visité la iglesia, es que se distingue por muchos elementos esculpidos de otras iglesias fortificadas. De hecho, ninguna otra iglesia en Transilvania cuenta con un repertorio más rico de piedras angulares como esta. Todo el interior de este monumento está lleno de motivos únicos de animales, vegetación y rostros humanos grotescos que parecen llevar el peso de mantener el techo de la iglesia y darle al lugar una atmósfera misteriosa.
El más cautivador es, de lejos, la figura del «Hombre Verde» visto en varias posturas, los «diablitos» como los llama el Sr. Schaas, el encargado de llaves de la iglesia local. Originalmente, el Hombre Verde era un dios pagano. Su figura se ilustra en muchas iglesias como símbolo de vitalidad, fertilidad de la tierra y retorno a la naturaleza. Es probable que los habitantes de Richiş utilizaran la imagen del Hombre Verde para ilustrar la fertilidad del suelo. Además, curiosamente, el antiguo órgano data de 1788, y hoy en día se puede apoyar su conservación adoptando, en papel, una de las piezas del órgano.
Renacimiento de la aldea y desarrollo comunitario
En la década de 1990, tras la caída del comunismo, los sajones del pueblo se trasladaron a Alemania para trabajar. Un programa de repatriación financiado por el gobierno alemán para la población de habla alemana ayudó a quienes huían del flanco oriental de Europa a mejorar sus condiciones de vida. El pueblo quedó vacío y destinado a convertirse en ruinas. Sin embargo, con el tiempo, un grupo de personas, en su mayoría de fuera, se dio cuenta de su belleza y miró más allá de su apariencia pobre, trabajando para su renacimiento y desarrollo comunitario.
Una presencia importante en el pueblo en la década de 1990 fue la familia Timmerman, Tony y Gerrit, una pareja holandesa que se enamoró del lugar. Se mudaron a Richis y decidieron hacer de Transilvania algo más que su destino de vacaciones. Han sido el principal manantial para el desarrollo de la comunidad local y su estímulo económico: gestionan el principal bed and breakfast del pueblo. En 2010 alquilaron la antigua casa parroquial y la convirtieron en una casa de huéspedes de 6 habitaciones, poniéndola a disposición del público junto con una zona de acampada
Más personas involucradas
No solo los extranjeros se han mudado a Richiș. Paul Hemmerth nació en la cercana ciudad de Medias y se mudó a Alemania con sus padres a la edad de 14 años. De regreso a Rumania en 1997, no pudo recuperar su antigua casa del centro de Mediaş, pero compró algunas casas en Richiș. Anteriormente había trabajado como guía y viajado por todo el mundo, pero mudarse a Richiș resultó ser una buena idea. Rehabilitó una de las casas, llamada la casa de Noé donde promueve el «viaje lento», largas estancias donde anima a la gente a interactuar con los lugareños.
Christian Rummel, un carpintero alemán y obrero bávaro que se estableció en Richiș durante su viaje de aprendizaje, se hizo cargo de una casa de 300 años y del antiguo taller de carpintería adyacente. Los restauró de la manera tradicional, como antes, y ahora vive allí con su esposa e hijo. En el atelier restaura y construye ruedas de madera y realiza otras actividades relacionadas con la carpintería que lo han convertido en uno de los carpinteros más cotizados de la zona. Trabajó en la restauración de muchas iglesias fortificadas en Transilvania, incluida Biertan, la más famosa, contribuyendo así a la preservación arquitectónica de la zona.
Otra mención especial es para el Sr. Schaas, uno de los pocos sajones que quedan en el pueblo, el guardián de la iglesia fortificada. Nos introdujo en la historia del lugar y es el guía más elocuente que he conocido: un maestro de la narración. Lo sorprenderá con una presentación detallada de la historia del pueblo y una exhibición intrigante de los elementos arquitectónicos de la iglesia. Es una leyenda viva que mantiene viva la historia de la época sajona.
Proyecto Whole Village
Richis significa «rico», su nombre sugiere que era un asentamiento sajón rico en ese momento. Inicialmente era un lugar pantanoso e inhóspito invadido por aves y animales salvajes y en recuerdo de esos tiempos, el escudo de armas del pueblo representa una garza blanca caminando en un estanque sin fin, bajo una noche estrellada. Hoy en día, Richiş es el pueblo con mayor diversidad cultural de Rumanía: 12 nacionalidades y solo 700 almas.
En cuanto a las entidades que han apoyado el desarrollo comunitario y la reactivación de las aldeas, está la Fundación Fiduciaria Mihai Eminescu. MET, cuyo patrocinador es el príncipe Carlos, se dedica a la conservación y regeneración de pueblos y municipios de Transilvania y Maramureș, dos de las regiones más vírgenes de Europa. Utilizando recursos locales, conocimientos humanos y técnicos, a través del Whole Village Project, la fundación tiene como objetivo adoptar una comunidad de aldea completa, evaluando sus diversos problemas y necesidades, e intenta identificar soluciones integradas.
Este proyecto tiene como objetivo revitalizar las comunidades rurales y mejorar los medios de vida locales mediante el uso de su patrimonio natural y cultural único. El «proyecto de toda la aldea» se ejecuta en total en 7 aldeas. De acuerdo con la filosofía de Mihai Eminescu Trust, una aldea se vuelve «completa» después de que se implementan 3 tipos de actividades: la restauración del patrimonio cultural, el desarrollo de habilidades empresariales locales y el desarrollo del turismo cultural sostenible. MET también ha iniciado un proyecto de este tipo en Richiș.
